La sencillez es el logro final. Después de haber tocado una gran cantidad de notas y más notas, es la sencillez que surge como la mayor recompensa del arte.
Tenía la costumbre de apagar siempre las velas de una habitación, e incluso pedía que se apagaran las luces cuando actuaba en eventos o fiestas.
A los 6 años ya escribía y componía poesía, y a los 8 años ya había interpretado su primer concierto en público.